Ver es agotador. Existen decenas de ejercicios visuales para intentar fortalecer la musculatura ocular. Ninguno de ellos puede asegurarte que tras realizarlos serás capaz de leer el prospecto de un medicamento sin poner caras raras. Tampoco por hacerlos encontrarás las llaves que perdiste, ni darás con la mejor flor del bosque nada más llegar. Los ojos recogen información visual (nítida, precisa o desenfocada), pero ver, vemos con el cerebro.

 

Somos lo que comemos, tocamos, olemos, lo que oímos, y también somos lo que vemos. Normalizamos lo que recurrentemente percibimos por los sentidos y de esta manera pasa a formar parte de nosotros.

 

¿Qué vemos cuando vemos algo? ¿Por qué nos fijamos en una cosa y no en otra? Son preguntas que siempre me rondan. Una mesa es una mesa y aunque a los dos les dé de comer, no significan lo mismo para un carpintero que para una termita. Entramos en el mundo de la percepción.